Investigadores del Centro Nacional del Clima de la Administración Meteorológica de China (CMA) han encontrado que la construcción de plantas fotovoltaicas en el desierto de Gobi podría disminuir la evaporación y velocidad del viento en la región, y aumentar la humedad relativa del suelo.
El estudio se basó en una comparación con diversos escenarios de emisiones de manera cuantitativa. Fue la primera vez que se contrastaron los efectos climáticos de la energía solar fotovoltaica con la variabilidad climática. Para ello, el equipo utilizó una combinación de los modelos de proyección Weather Research and Forecasting (WRF) y Coupled Model Intercomparison Project Phase 6 (CMIP6) para realizar las simulaciones. El WRF es un sistema numérico de predicción meteorológica que se utiliza para diversas aplicaciones, como la investigación atmosférica y la predicción del tiempo. Por su parte, el CMIP6 se utiliza para proyecciones climáticas y se emplea habitualmente para entender los cambios climáticos pasados, presentes y futuros que no están influenciados por factores externos.
Durante la investigación se evaluó la climatología característica de los meses de verano e invierno, analizando los 20 periodos quinquenales distintos correspondientes a julio y enero, desde 2008 hasta 2062.
Las conclusiones del estudio se basan en que la distribución espacial de los parques solares tiene un impacto climático mayor que su intensidad. Por lo tanto, se requieren de investigaciones adicionales que aborden este proyecto a través de simulaciones a largo plazo en diversos espacios. También es importante tener en cuenta la dependencia de los efectos climáticos inducidos por la energía fotovoltaica en las condiciones del suele y en el clima de la región.